Anoche me acosté pronto
con la intención de dormir.
Nada más cerrar los ojos
me puse a pensar en ti.
Una y mil veces me dije
que te tenía que olvidar
y otras tantas me maldije
por volverte a recordar.
Cuando el sol de la mañana
entró por la ventana,
entonces comprendí
lo mucho que yo te amaba.